Desde que su tío le regaló su guitarra al cumplir diez años, la música lo es todo para Tano. No le importa nada que no sea tocar, aunque esto le cause problemas con sus padres, para los que la música no es más que una pérdida de tiempo que lo distrae de las cosas que verdaderamente importan, como estudiar y pensar en el mañana. Pero lo peor está por llegar: por todo el mundo los músicos están olvidando cómo tocar, y en consecuencia la música está desapareciendo, reemplazada por misteriosos chirridos y unas inquietantes figuras blanquecinas, los disonantes. Ayudado por una alocada banda de músicos supervivientes y por Jen, la chica de 4 que intenta hacer que se centre, Tano se embarcará en una aventura para salvar la música... y de paso a sí mismo. Sonia Montiel Huerga (1991) nos adentra en una novela sencilla sobre la lucha por mantener nuestras convicciones y cumplir nuestros sueños en la convulsa etapa de la adolescencia.