Uno de los grandes problemas que enfrentan los países latinoamericanos en materia de formación docente es la desarticulación entre la formación inicial, el desarrollo y práctica profesional, y la realidad que sucede al interior de las aulas. Las políticas educativas reconocen la labor del docente en el logro académico de los estudiantes, sin embargo, la formación sigue siendo instrumentalizada y en muchos casos no atiende a las características y demandas propias de las regiones. En este libro, los autores muestran un panorama general de las etapas de la formación docente, sus características y sus implicaciones en la práctica real; describen modelos de formación docente de algunos países a la luz de su política educativa que pueden marcar hitos en Latinoamérica y; proponen siete consideraciones para mejorar la práctica de la formación en los sistemas educativos. Este análisis debe ayudar a entender que el desarrollo profesional docente ya no es un tema periférico en la calidad de la educación, sino fundamental para la mejora de las escuelas.