El apóstol Pablo es reconocido no solo como maestro, pastor, predicador pero también como un misionero incansable. Lucas, en el libro de Hechos hace referencia a cuatro de los viajes misionero del apóstol a través de Asia Menor. Sus cartas también revelan que su itinerario misionero se guió por tres preocupaciones o motivos principales: (1) Su vocación por evangelizar territorios aún no hollados por otros evangelistas cristianos, de ahí sus planes para dirigirse por el oeste hasta España (Romanos 1:14 y 15:24-28). (2) Su interés por volver a visitar sus propias congregaciones cuando surgieron problemas, como, por ejemplo, sus diversas visitas a la ciudad de Corinto; y (3) Su inquebrantable determinación por entregar él mismo en la Iglesia judeocristiana de Jerusalén el dinero recolectado en sus iglesias gentiles. Aunque los eruditos no captan de forma convincente los motivos de Pablo en este empeño, lo cierto es, que abrigaba el propósito de unificar las iglesias de su misión gentil con las de los judíos cristianos de Palestina. En otras palabras, sin embargo, ambas fuentes (hechos y las cartas paulinas) son importantes para poder delinear y tener un mejor. El Manual de Hechos y las cartas Paulinas nos da un cuadro de su vida y de sus viajes misioneros que el efectuó por todo el Imperio Romano. El apostol Pablo fue reconocido como un gran teologo, maestro, pastor y sobre todo escritor que impacto la iglesia Cristiana en el primer siglo. Su esfuerzo incansable fue mantener la unidad de la iglesia, mantener la doctrina y las ensenanzas de Cristo.