Lo que, desde Pierre Francastel, se le ha en particular reprochado a Erwin Panofsky fue ser un hombre tan culto que imponía su propio conocimiento a las obras de artistas en general mucho menos cultos que él.Esperamos, con el presente volumen, responder de una vez, mediante ejemplos concretos, a dicha crítica esclareciendo, a través de éstos, la estrecha relación entre los artistas y el pensamiento de su época..La mayoría de los capítulos aquí agrupados presentan una relación de clara retoma de un pensamiento intelectual, y muchas veces filosófico, por parte de los artistas, en una evidente conexión entre dos autores, lo que es la base y el fundamento de la mayoría, de nuevo, de los presente textos (casos de Greuze-Rousseau, Friedrich-Kant, Turner doblemente con la filosofía hegeliana y el romanticismo negro de Radcliffe, Kosuth-Platón, o Quintanilla-Fuentes).