Emily desea lo que toda mujer desea: tenerlo todo. Es eso demasiado pedir?

Emily realmente no se puede quejar. Está casada con un hombre maravilloso, su novio de la secundaria, quien aún se derrite por ella como lo hizo cuando la vio por primera vez. Tienen un bello hogar juntos y cada uno disfruta de una carrera exitosa. Visto desde afuera, Emily tiene todo aquello con lo que cualquier mujer estaría perfectamente feliz.

Pero no es suficiente. Emily no puede dejar de desear un poco más de esa chispa especial, de esa emoción de algo nuevo y sorprendente, de los estremecedores escalofríos recorriendo su espalda. En pocas palabras, de la pasión, del verdadero romance.

Ella nunca esperó encontrarlo durante la jornada laboral y, definitivamente, no en forma de una nota adhesiva.

Solo un trozo cuadrado de papel con unas pocas palabras escritas a mano, metido misteriosamente entre el contenido de su bolso y directamente en su pequeño mundo, marcó la primera de una serie de sorpresas sexis que Emily no pudo anticipar, sin importar cuánto lo había deseado. Había buscado desesperadamente cada uno de los momentos reservados para ella y no había duda de que los merecía.

Aunque Emily ansiosamente anticipaba y saboreaba a fondo toda la excitación y el misterio de lo que podría venir, nunca se imaginó la montaña rusa de emociones que pronto experimentaría o, simplemente, cuánto la iba a cambiar.

Y puede que nunca adivine quién la está llevando a esa romántica aventura de ensueño.

Justo cuando siente que ha perdido la vida y el amor que tanto deseaba, los encuentra en el último lugar en el que se le hubiera ocurrido buscar.

Formato	Tapa suave
Número de Páginas	58
Lenguaje	Español
Editorial	Suteki Creative
Fecha de Publicación	2021-04-07
Dimensiones	8.0" x 5.0" x 0.12" pulgadas
Letra Grande	No
Con Ilustraciones	No

Avery, Justine

Justine Avery is an award-winning author of stories large and small for all. Born in the American Midwest and raised all over the world, she is inherently an explorer, duly fascinated by everything around her and excitedly noting the stories that abound all around. As an avid reader of all genres, she weaves her own stories among them all. She has a predilection for writing speculative fiction and story twists and surprises she can't even predict herself. Avery has either lived in or explored all 50 states of the union, over 36 countries, and all but one continent; she lost count after moving 30-some times before the age of 20. She's intentionally jumped out of airplanes and off the highest bungee jump in New Zealand, scuba dived unintentionally with sharks, designed websites, intranets, and technical manuals, bartered with indigenous Panamanians, welded automobile frames, observed at the Bujinkan Hombu Dojo in Noba, Japan, and masterminded prosperous internet businesses-to name a few adventures. She earned a Bachelor of Arts degree that life has never required, and at age 28, she sold everything she owned and quit corporate life-and her final job-to freelance and travel the world as she always dreamed of. And she's never looked back. Aside from her native English, Avery speaks a bit of Japanese and a bit more Spanish, her accent is an ever-evolving mixture of Midwestern American with notes of the Deep South and indiscriminate British vocabulary and rhythm, and she says eh-like the Kiwis, not the Canadians. She currently lives between Los Angeles and London with her husband, British film director Devon Avery, and their adored children. She writes from wherever her curiosity takes her. Avery loves to connect with fellow readers and creatives, explorers and imaginers, and cordially invites you to say hello-or konnichiwa.