Durante siglos la iglesia ha negado su existencia.

La novela sobre la mujer que se sentó en el trono papal

Siglo IX, Maguncia. Hija de un predicador que llegó a Sajonia para esparcir la palabra de Dios, Juana es una joven poco común. Cada día acude a la iglesia del padre Carolus, quien, a cambio de que ayude en la cocina, comparte con ella la sabiduría de los textos sagrados. Tras el asedio y el asesinato del sacerdote a manos de los bárbaros, es abandonada a su suerte por sus padres. Juana recurre entonces a la abadía de Fulda, quienes, entusiasmados por su inteligencia, la toman bajo su tutela con la condición de que se haga pasar por fraile. Al agotar cuanto podían enseñarle, Juana -bajo el disfraz del hermano Ioannes- marcha a Atenas para estudiar a los primeros filósofos y, posteriormente, a la antigua Babilonia a aprender de los eruditos. Años más tarde, llega hasta Roma, donde su buen juicio, manejo de idiomas y sus conocimientos de herbolaria le permiten ganarse la confianza del papa León IV y la curia entera.

En una época oscura, cargada de intriga y de misticismo, tendrá lugar uno de los episodios más determinantes de la historia de Occidente, en el que por primera y única vez una mujer será elegida para ocupar el trono del vicario de Cristo.

Formato	Tapa suave
Número de Páginas	368
Lenguaje	Español
Editorial	Planeta Publishing
Fecha de Publicación	2023-04-11
Dimensiones	9.0" x 5.8" x 1.1" pulgadas
Letra Grande	No
Con Ilustraciones	No

Ortega Blake, Arturo

Arturo Ortega Blake es un reconocido novelista de ficción histórica. Entre sus novelas destacan Frontera de papel, tres hermanos en la guerra México-Estados Unidos (2004); Leif, el hijo de Erik (2006); La hacienda del diablo (2007); Nebra. Lectores de astros en la Edad de Bronce, que fue finalista del Premio Azorín de Novela en 2006; Ardiente cañaveral (2012), y Ecos de gloria (2015), finalista del Premio Hispania de Novela Histórica en 2014.
Es autor, asimismo, de La papisa Juana, obra que ha sido traducida al polaco y al portugués, y cuya edición definitiva -respaldada por treinta y nueve evidencias de su ascenso al pontificado, incluyendo el sorprendente hallazgo de un denario de plata con la inscripción de su nombre- es Juana, la mujer que fue papa.