Esta monografía se centra en la relación de pareja como unidad de análisis, particularmente en el proceso de elección y conformación de una pareja estable. Tal como plantean Campos y Linares (2002), consideramos que la pareja es una de las relaciones más intensas que se pueden establecer entre dos personas, constituyendo una de las comunidades de mayor significación fuera de la familia de origen. A diferencia de los lazos de consanguinidad, la pareja se forma tras un proceso de elección, siendo el vínculo que en ella se entabla un proceso de co-creación que culmina en la acomodación de dos identidades individuales. Es por ello que, a pesar de que la pareja corresponde a una de las colectividades más pequeñas, resulta de una gran complejidad. Los dos individuos que la componen son ya seres complejos que aportan sus propios pensamientos, emociones y acciones, y que no solo interactúan entre si en el presente, sino que lo hacen cada uno con sus respectivos pasados, creencias y modos relacionales traídos desde sus familias de origen. (Campos & Linares, 2002).