A la edad de ocho años, David Kingston abandona su natal Inglaterra después de que sus padres huyeran amenazados por oscuros personajes del parlamento británico, tras protagonizar una protesta hecha en su contra. A su llegada a la Argentina, la madre de David desparece en manos del régimen militar que se vivía en el país sudamericano en aquella época, razón por la cual salen del país para radicarse en la ciudad de Nueva York.

Durante los años posteriores a su adolescencia, David encuentra solución a todos sus problemas en una actividad que le es completamente desagradable: cantar. Sin pretenderlo, la música se convierte en la única manera de resolver todos los conflictos en los que se vio involucrado él y su familia.