No creo que ser alguno en la sanidad de su inofensivo juicio, no haya sido atrapado a las orquídeas que le llaman, con el delicioso recuerdo de viejas vivencias en coloridos collares, aprisionando corazones con toda la nostalgia de aquella entrañable inocencia, cuando te proyectas y vuelves a ser niño, retozando por entre fantasías, mundos colmados de colores. Pero con la trampa del tiempo aquellos momentos se vuelven cada vez mas difusos, como si parecieran ser solo suspiros, visiones que suelen atravesar por nuestra mente, quedando solo en sensaciones similares con aquel primer beso en el alma, que abrió el corazón al amor, para no cerrarlo jamas. Mas las golondrinas regresan a sus nidos cargadas de ilusiones, pero son otras diferentes a las que partieron, esas que se fueron alegres a otra tierra, esas jamas volvieron, cumplieron su ciclo en la carne, dejando solo huellas plasmadas en la prole, que seguirá el camino marcado por las anteriores Tal parece que el carrusel de la vida, se dibuja aquí, allá y en cualquier otro lugar, con la certeza del cuento sin final.