La partida de Nacho puso en tela de juicio todas mis teorías psicológicas y metafísicas. Movió pesadas estanterías anquilosadas de lecturas de sabios y místicos y en medio de la triunfal crisis, volví a refugiarme en la poesía. Cuando la ciencia y la religión no te ofrecen respuestas los poetas pueden hacerte menos caótico el mundo. Porque a ellos ya les pasó algo parecido. Y es cierto, a los poetas siempre les pasan cosas. Ya lo advirtió María Cristina Perkins: no es menos cierto el fin no pronunciado. Bueno, a mí me parecía que mi final también se estaba anticipando. Pero esta historia de amor se escribió con puntos suspensivos, por eso me costaba y me cuesta encontrarle un final.Por eso, si este libro llegó a tus manos -seguramente te llamó la atención su título- o si estás atravesando una crisis parecida, independientemente de tu elección sexual, quiero que sepas que alguna vez me enamoré. Qué suerte que a los hombres nos pasa varias veces en la misma vida! A mí me pasó ya antes de Nacho y dicen mis amigos que volverá a pasarme otra vez. Quiero creerles. En realidad, no quiero creerles, lo que me importa es hacerles sentir que les creo.