Yo fui criado en medio de una operación de agricultura mixta en Alberta Central, en donde mi padre, junto a tres de sus hermanos, culti-vaba aproximadamente 2600 acres/1052ha 1826.8m2 de tierra fértil. Cultivábamos princi-palmente cereal, pastos y leguminosas de distintas variedades, que eran empleadas como cultivos comerciales y también para alimentar a nuestro ganado. Asimismo, mi padre también operaba una granja lechera que contaba con aproximadamente 35 vacas Holstein grandes, que daban leche dos veces al día. No hay necesidad de decir que nos manteníamos ocupados todo el día. Dependiendo de cómo lo quieras ver, conté con la fortuna, o tal vez con el infortunio, de ser el único hijo varón de cuatro familias, sin contar a un primo que era diez años menor y que vivía en el pueblo. Has adivinado correctamente! Yo era el esclavo de la familia. No me siento mal por serlo, al contrario: con frecuencia, veo que Dios me habla en términos agropecuarios, dado mi entrenamiento temprano en la materia. En realidad, mi trabajo no ha cambiado mucho. Solo que ahora trabajo en una granja mucho más grande (el Reino de Dios), con un nuevo jefe (Dios Padre), pero los principios siguen siendo básicamente los mismos. Valió la pena que obedeciera a mi padre terrenal y que trabajara donde él me decía, de la misma manera que vale la pena obedecer a Dios Padre y trabajar donde Él nos dice. "Obedecer es mejor que los sacrificios" (1 Samuel 15:22). Nosotros teníamos diferentes tipos de eras y de cultivos. Había distintas labores y ta-reas que debían ser realizadas. Algunas se lleva-ban a cabo diariamente, como ordeñar las vacas, etc., y algunas eran según la estación, como el tiempo de la siembra y la cosecha. Fuera cual fuera el trabajo, había un tiempo y un lugar para cada uno de ellos. Algunas veces, el trabajo importante co-mo cercar, trabajar en las eras, en el campo, limpiar el lote de engorde a corral, encargarse del establo de las vacas; o el mantenimiento de las instalaciones, pintar, etc., precedía a un trabajo más apremiante como el de "Unir las Manos y Recursos para la Cosecha!" Y fue aquí en donde todo el mundo puso en espera otros asuntos importantes, o voluntariamente dejó de hacer lo que estaba haciendo y se unió con los demás para reunir el fruto del arduo trabajo de la primavera y el verano. Todos trabajaron juntos en pro de un objetivo común, y todos se beneficiaron de la co-operación de los demás. Es con este pensamiento en mente que comparto contigo el sueño.

Formato	Tapa suave
Número de Páginas	46
Lenguaje	Español
Editorial	Marvin Swanson
Fecha de Publicación	2016-02-21
Dimensiones	8.5" x 5.5" x 0.12" pulgadas
Letra Grande	No
Con Ilustraciones	No
Temas	Cristiano, Cristiano