Malachi Keogh se encuentra en un trabajo que no quería ni pidió cuando su padre, jefe del servicio postal de Sidney, le envía al final de la línea del negocio, también conocido como La Oficina de la Carta Muerta. Malachi espera un trabajo tedioso y aburrido, pero en vez de eso descubre un almacén con un peculiar grupo de compañeros de trabajo inadaptados, incluido un jefe estoico y empollón, Julian Pollard.

Al principio, Julian le intriga, y pronto se da cuenta de que hay algo más en el hombre que su aburrida ropa de color beige, tostado y marrón; algo que dista mucho del rosa intenso, el lila y el azul eléctrico de Malachi. Mientras que Julian es tranquilo y ordenado, Malachi es el caos personificado, pero a pesar de sus diferencias externas, hay una química inmediata entre ellos que hace que la cabeza -y el corazón- de Malachi de vueltas.

Para mantener a su padre contento, Malachi necesita conservar su trabajo. También necesita resolver el misterio de la pila de cartas viejas que se encuentra en la oficina de Julian y tal vez llegar al fondo de lo que hace que Julian se active. Como todo lo que pasa por el centro de correo, sólo el tiempo dirá si Malachi ha encontrado su destino o si se encontrará devuelto al remitente.