Dedico este libro a los que creen como yo, que los sueños por simples que sean hay que realizarlos, porque es la base de la felicidad. Si no los realizamos todos porque el tiempo no nos alcance, los más que se puedan; pero nunca dejarlos a la deriva. Y no dejar de soñar, porque en cada realización se alcanza una satisfacción única y una persona satisfecha consigo misma; es una persona feliz. Solo las personas soñadoras tienen una luz propia que ilumina su fe. Una vez alguien me dijo; que mi defecto era ser muy soñador: pero yo nunca he desistido de mis sueños; siempre voy atrás de ellos aunque el camino es escabroso. Se dice fácil pero no, no es nada fácil alcanzar una estrella: pero no imposible cuando sueñas con ella, algún día estará contigo y tú con ella. Se dice fácil pero no, no es nada fácil realizar nuestros sueños: pero no imposible cuando pones empeño: siempre avanzando detrás: algún día les daremos alcance y viviremos con ellos. Doy las gracias a todas aquellas personas que me han ayudado y apoyado en la realización de mis sueños: por eso hago lo que quiero ser, sin importar que alguien diga: éste es solo un soñador. Al cabo mundo ahí te quedas: por eso hago lo que para mí es mejor. Doy las gracias y también dedico este libro a mi amiga paz, por su gran apoyo que se ha convertidos en el pilar que sostienes la mayor parte de mis sueños. A Diana y José por la misma razón y por ser mis guías en el mundo cibernético. En especial doy las gracias a Jesse Torres cuya intervención hiso posible la realización éste libro. A Solangel y a Yagul por tenerme fe, a Juan José y a Juanita. También dedico este libro a mis padres, a salome y a Cupertino que se adelantaron y al lector que en sus manos tiene este libro, leyendo cada uno de mis cuentos: mil gracias. Nostalgia de un inmigrante, no es un libro de cuentos que narre la desgarradora realidad de un indocumentado; ni la estabilidad de un residente: mucho menos la vida satisfactoria de un inmigrantes que se ha ganado la ciudadanía. Solo es el rostro de la añoranza de cualquiera de los tres: son los ojos de la nostalgia, tanto de los que se quedaron, como de los que se fueron y los que volvieron. Son cuentos que desenmascaran el mito del sueño norteamericano: porque el sueño esta en la mente y puede realizarse en cualquier parte del mundo. Lo mismo que el dinero, está en todos lados; nada más hay que saberlo sacar. Pero la mayoría nos fuimos por lo más fácil y nos dimos un frentazo con la realidad. Nostalgia de un inmigrante, son cuentos que hacen lo posible por arrancaste un suspiro asiéndote recordar de dónde eres. Guadalupe Pedraza Salazar; nació en el estado de Puebla. Estudio pintura y dibujo natural en la escuela de bellas artes de la ciudad de Puebla. Luego se trasladó al Distrito Federal; guardó sus pinceles para estudiar arte dramático: en esta etapa de su vida, nace el gusto por la composición y la lectura literaria. Posteriormente emigra a los estados: vuelve a retomar sus pinceles para navegar por el surrealismo. Pero su pluma siempre lo acompaña por los caminos de la vida, plasmando en todo momento sus vivencias y dándole forma a sus sueños.