Los gobernantes que aman a su país y respetan a sus connacionales, aparte de obedecer los mandatos y las decisiones del pueblo manifestadas en elecciones y otras manifestaciones democráticas, administran al Estado para fortalecerlo, haciéndolo poderoso para que tenga un amplio poder de influencia internacional; simultáneamente desarrollan políticas inamovibles y protectoras a favor del pueblo para que éste disfrute del bienestar económico, social y humano; es decir, todos los gobernados están debida y confortablemente protegidos por el Estado.La práctica de aquella conducta política se debe a que la mayoría de las autoridades se manejan, al interior y exterior de la cosa pública, con ética, eficiencia y haciendo uso correcto cotidiano de los mandatos de las leyes y de la Constitución Política del Estado, además poseen conocimientos profesionales necesarios para los cargos que ocupan. En contraposición, nuestro país, en lo material y en lo intelectual, en lo científico y tecnológico, en lo político y en lo social, en lo económico y estatal, sigue estancado en el pasado. Hoy, en pleno siglo 21 (julio 2019), los políticos del pasado y del presente, oficialistas y opositores, tanto de la derecha y centro como de la izquierda, siguen actuando con los viejos y viciados comportamientos, cuyas conductas negativas y perjudiciales son hartamente conocidas. Al respecto citaré sólo unos cuantos ejemplos.Los gobernantes, en lugar de fortalecer al Estado, lo saquean, luego lo debilitan, destruyendo e hipotecando el futuro de las generaciones venideras; en lugar de proteger absolutamente a todos los gobernados, les engañan, les mienten y les maltratan, proceden de esta manera para gozar de toda clase de beneficios personales y/o de grupos privilegiados.Cuando los del pueblo reclaman, el gobierno: Activa sus mecanismos de represión (implementación del terrorismo de Estado) y a los contestatarios los gasifican, golpean, hieren, incluso los asesinan.Cuando la resistencia es muy fuerte, el gobierno abusivamente viola la Constitución Política del Estado (CPE), no respeta las leyes y desconoce el voto soberano del pueblo; por otro lado, violenta dictatorial o leguleyamente la democracia y restringe represivamente las libertades.Dicho comportamiento dictatorial se debe a que las autoridades carecen de principios ideológicos constructivos, sus conocimientos de administración estatal, son pobres y, por lo general, se manejan de acuerdo a la coyuntura circunstancial; finalmente el accionar gubernamental de todos los días, nos demuestra que no tienen ética, honor y dignidad, y que no conocen, ni saben lo que es el patriotismo estatal; pero eso sí, saben muy bien y con alta eficacia llevar adelante sus actos delictivos; es decir, se olvidan de los preceptos constitucionales con la finalidad de: Encubrir sus millonarios actos delictuosos, para enriquecerse rápida, grosera y descaradamente.Controlar a los gobernados para que nadie levante la voz de protesta.Debido a ese abusivo comportamiento, se crea la aberrante dicotomía, donde existen: Gobernantes exageradamente corruptos quienes, debido a la pasividad del pueblo, gobiernan en beneficio propio y de quienes los rodean; yGobernados que viven silenciados por el miedo y el terror impuestos por la casta dominante insertada al interior del poder presidencial. Destacadas personalidades, formadores de opinión, intelectuales, periodistas y analistas que, por espontánea obligación moral, ética y/o personal, deberían exigir a la clase gobernante, tanto el cumplimiento de los mandatos constitucionales, como el acatamiento de las leyes, evitan exponer públicamente sus puntos de vista, evitan cuestionar y/o censurar el comportamiento delictivo y abusivo de las autoridades gubernamentales.

Formato	Tapa suave
Número de Páginas	228
Lenguaje	Español
Editorial	Independently Published
Fecha de Publicación	2019-07-31
Dimensiones	9.02" x 5.98" x 0.52" pulgadas
Serie	Rumbo a la Bolivia Democrática, Amable Y Moderna
Letra Grande	No
Con Ilustraciones	No