En el presente escuchamos amenazas de guerras. Con armas atómicas la violencia crece, se prevé mayor inseguridad civil. Terrorismo cibernético con los llamados hackers quienes invaden los sistemas de seguridad siendo vulnerables a toda clase de fechorías, desastres naturales: terremotos, tsunamis, huracanes, tifones e incendios de bosques y otros eventos similares, todo esto nos causa mucho desconcierto, mucha incertidumbre y angustia. Es en este tiempo caótico se manifiesta una verdad que nos concierne a todos por igual, "la Reencarnación y la ley del Karma", una visión diferente a la que nos dejaron nuestros ancestros una nueva perspectiva, porque tomamos conciencia de nuestro libre albedrío conscientes que toda acción tiene consecuencias y si hacemos el mal tarde o temprano lo vamos a pagar en esta vida o en la próxima, con este concepto dejamos ir nuestras frustraciones, siendo más tolerantes con algún enemigo que nos causó daño. Asumimos que la muerte no es el fin sino el comienzo a una nueva experiencia para reparar nuestros errores y en el caso de que un ser querido nos deja controlar nuestro dolor y dejarlos ir. Porque si sufrimos mucho y no encontramos consuelo ese ser no puede seguir su camino y se queda atrapado y su sufrimiento es inigualable porque piensa que está vivo, debemos ayudarlo a seguir su camino con oraciones y haciéndole entender que ya partieron del mundo astral y que tienen que seguir hacia el mundo espiritual de esta manera el espíritu descarnado se acordara de su principio y no tendrá miedo de avanzar a su lugar de origen para programar una nueva vida que escoge con ayuda celestial después de asumir sus logros y fracasos en la última vida.

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