Como reveló por primera vez en Génesis 14:18 Melquisedec era a la vez un rey [de la paz = Salem] y sacerdote - al igual que Jesús.

El Espíritu Santo (por medio de Pablo) enumera los paralelos de Melquisedec de Jesucristo. Obviamente Dios está enfatizando a Melquisedec como un símbolo o tipo de Cristo. Tomando nota también con cuidado, en este pasaje de la Escritura, que Abraham dio los diezmos de todas sus ganancias. El ejemplo muy evidente aquí es que, al igual que Abraham diezmó a Mechizedek (un rey y sacerdote), nosotros (hijos espirituales de Abraham) también hay dar un diezmo (décima) de todas nuestras ganancias a Jesús - nuestro Rey y Sumo Sacerdote. En este ejemplo salta a la vista.

En el versículo 8, se lee. "Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive." Como he mencionado antes había 500 testigos de la resurrección de Jesús - "de que vive". (1 Corintios 15:3-8) Puesto que Jesús es el único que permanentemente a resucitado hasta el momento, este verso sólo puede estar refiriéndose a Jesús. También tenga en cuenta que debido a que Jesús ha resucitado de forma permanente, como dice Hebreos 7:3. "Él permanece sacerdote para siempre" en el sentido de que no se menciona en ninguna parte la genealogía acerca de Melquisedec, o alrededor de su muerte, también se refiere a Melquisedec - pero sólo como un tipo de símbolo de Cristo. Melquisedec, siendo, por supuesto, humano, murió y no hay testigos de su resurrección permanente. Así en Heb 7:8 sólo puede aplicarse a Jesús y nadie más en la historia. Nadie más en la historia vive como el, sino a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote y Rey - el Rey de reyes.

Basado en Hebreos 7:8, Jesús ahora recibe nuestros diezmos y esta en el Nuevo Testamento. Aquellos que dicen que "el diezmo ya no se aplica" están hablando falsamente y directamente opuestos al evangelio del Nuevo Testamento de Jesucristo.

Como hijos espirituales de Abraham debemos dar el diezmo a nuestro Sumo Sacerdote y Rey - Jesús! También, así como Salmos 110, debemos obedecer y diezmar con un corazón dispuesto como un acto de adoración y honor a nuestro Rey, Jesús. Al igual que Abraham diezmó a Melquisedec, rey - y sacerdote del Dios Altísimo.

Qué hermoso y perfecto ejemplo de Abraham que dio a nosotros .