Este libro es una guía para aquellas personas que quieren transformar su vida y ayudar a otros con una palabra edificante. La palabra del Señor nos enseña que si realmente Dios está en nuestro corazón, debemos amarnos los unos a los otros, tolerarnos y perdonar a los que nos han ofendido por medio de la fe. La fe es la que nos atrae a la presencia de Dios, al carecer de ella, no podemos recibir a Cristo como nuestro Señor y Salvador personal; ni confiar a Dios nuestras necesidades. Es muy importante saber que ?el perdón no exime de culpa al ofensor pero si libera al ofendido?. Dios quiere unir a la familia a través del altar familiar, y mostrar su gloria, sin importar cuán difícil sea tu situación. Es muy importante entender que Dios quiere bendecir nuestro hogar, nuestra pareja, hijos, salud, trabajos, finanzas, y todo lo que nos rodea. La gracia no hace que el dar sea opcional, sino, es privilegio y responsabilidad de cada cristiano; como la manifestación concreta de su amor hacia Dios. El mundo está sediento de ver señales, prodigios y maravillas, pues el mismo Cristo dijo: ?estas señales os seguirán. Seguirán a los que crean en mi nombre y ellos mismos pondrán las manos en los enfermos y estos sanaran?. Es tiempo de grandes retos. Qué bueno que Dios nos plantó en este tiempo, ya que, mientras nuestras naciones son afligidas, la Palabra augura crecimiento! Este es el momento de Dios para conquistar y usted y yo escribiremos esa historia. Dios nos quiere llevar al lugar correcto, a la tierra fértil, lista y precisa, en la que invirtamos nuestros mejores días. Aunque hoy con lágrimas sembremos, mañana con mucho gozo recogeremos; la mies es mucha y los obreros pocos. Hay un mundo esperando gente comprometida.
Detalles
Formato
Tapa suave
Número de Páginas
144
Lenguaje
Español
Editorial
Palibrio
Fecha de Publicación
2014-10-21
Dimensiones
8.5" x 5.5" x 0.34" pulgadas
Letra Grande
No
Con Ilustraciones
No
Temas
Cristiano
Descripción
Este libro es una guía para aquellas personas que quieren transformar su vida y ayudar a otros con una palabra edificante. La palabra del Señor nos enseña que si realmente Dios está en nuestro corazón, debemos amarnos los unos a los otros, tolerarnos y perdonar a los que nos han ofendido por medio de la fe. La fe es la que nos atrae a la presencia de Dios, al carecer de ella, no podemos recibir a Cristo como nuestro Señor y Salvador personal; ni confiar a Dios nuestras necesidades. Es muy importante saber que ?el perdón no exime de culpa al ofensor pero si libera al ofendido?. Dios quiere unir a la familia a través del altar familiar, y mostrar su gloria, sin importar cuán difícil sea tu situación. Es muy importante entender que Dios quiere bendecir nuestro hogar, nuestra pareja, hijos, salud, trabajos, finanzas, y todo lo que nos rodea. La gracia no hace que el dar sea opcional, sino, es privilegio y responsabilidad de cada cristiano; como la manifestación concreta de su amor hacia Dios. El mundo está sediento de ver señales, prodigios y maravillas, pues el mismo Cristo dijo: ?estas señales os seguirán. Seguirán a los que crean en mi nombre y ellos mismos pondrán las manos en los enfermos y estos sanaran?. Es tiempo de grandes retos. Qué bueno que Dios nos plantó en este tiempo, ya que, mientras nuestras naciones son afligidas, la Palabra augura crecimiento! Este es el momento de Dios para conquistar y usted y yo escribiremos esa historia. Dios nos quiere llevar al lugar correcto, a la tierra fértil, lista y precisa, en la que invirtamos nuestros mejores días. Aunque hoy con lágrimas sembremos, mañana con mucho gozo recogeremos; la mies es mucha y los obreros pocos. Hay un mundo esperando gente comprometida.
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