José Álvarez (Pepin) nació en Antilla, Cuba, en diciembre de 1940. A los diez años toma el tren de Antilla para asistir al colegio en Santiago de Cuba y su vida cambia radicalmente. Al producirse el golpe de estado en 1952, Pepín se entrega a la lucha contra la dictadura, lo cual le roba la adolescencia. Al triunfar la revolución, confiaba que el país se desarrollaría en paz y en forma democrática, pero el nuevo régimen toma un rumbo autoritario y represivo. Decide marcharse y solo lo consigue al cabo de siete años. En su prolongado exilio estudia, enseña y medita sobre los aciertos y errores cometidos.

Logra un Ph.D. en economía de alimentos y recursos de la Universidad de Florida (UF) en 1977, convirtiéndose en miembro de su facultad. En 1999 recibe el "National Honor Award for Superior Service" (Premio Nacional de Honor por Servicio Superior), el más alto galardón conferido por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos a un investigador agrícola. Después de una productiva carrera académica, que incluyó más de 300 publicaciones, medio centenar de presentaciones en eventos nacionales y extranjeros, numerosas becas, premios y reconocimientos se jubiló en 2004, recibiendo el título de Profesor Emérito. José Álvarez pasó los últimos días de su vida en Wellington, Florida, junto a su esposa, hijos y nietos. Terminó el presente trabajo a finales del 2020. Falleció víctima del coronavirus el 22 de enero del 2021.

Hay más de un millón de exiliados cubanos, cada uno con su propia historia. En este libro, escrito poco antes de fallecer, José Álvarez nos cuenta la suya. Es la historia de un cubano que pasa una niñez feliz en Antilla y a los diez años se marcha al colegio en Santiago y se involucra en la lucha contra la dictadura de Batista lo cual le roba la adolescencia. Al triunfar la revolución, confiaba que el país se desarrollaría en paz y en forma democrática, pero el nuevo régimen toma un rumbo autoritario y represivo y fomenta la división y discordia entre cubanos. Pepín decide marcharse y solo lo consigue después de siete años. El relato también describe las vicisitudes que las familias confrontan en la vida y el exilio y como el amor las hace llevaderas.

En su prolongado destierro, Álvarez estudia, enseña y medita sobre los aciertos y errores cometidos. Para Pepín, que había perdido compañeros en plena juventud por una causa traicionada, ese sentimiento aferrado en el ideario cubano, de que morir por la patria es vivir, es absurdo. El llamado nacional debe ser vivir una vida larga y fecunda luchando en vida por el bienestar de todos los cubanos.

Antes de su fallecimiento escribe este libro de sus memorias que él describe como un frenético esfuerzo para dejar plasmado el pasado que quiere que el presente no borre . Al publicarlo logramos ese propósito y así muchos tienen la oportunidad de leerlo y así comprender un poco más la infelicidad del pueblo cubano sometido al régimen de los hermanos Castro que trajo el mayor desastre de la historia de Cuba y sus pésimas consecuencias para muchos otros países.